sábado, 24 de noviembre de 2012

Reto a las musas 6#


Hola a todos, aquí vengo con el Reto a las musas 6#:


En esta ocasión debía ir acompañado de una canción, así que no encuentro un mérito a esta realmente porque ya la canción en sí cuenta una historia, yo solo le di el final, espero que os guste tanto la canción que elegí como el texto que salió de la misma, os pongo un video de la canción pero aun así os diré que es Nada que perder de Conchita.

Sin más aquí os dejo;



¿Una noche más?

En realidad pensé que sí, que quizás esta sería una noche de muchas tantas, en las que llegaría a casa y me quedaría pensando, sola una vez más, en la posibilidad de volverte a ver.

Pero el destino es caprichoso, y al levantar mi mirada me encontré de frente contigo, los nervios no tardaron en aparecer, ¿cómo era posible que te tuviese delante después de tantos años?

Justo en un momento de mi vida, en que deseaba poder al fin olvidarte, me sonríes como hace tiempo no he visto a nadie hacerlo y como viejos amigos me invitas a un café, ¿seré capaz de callar?

Ambos entramos a un café, y comenzamos una animada charla, una que si hubiésemos tenido en nuestro tiempo juntos, quizás todo fuera ahora diferente, no tendría que mentir, que escucharte decir que todo está bien por tú parte del mismo modo.

Te veo animado, y resuelto, ¿es quizás que me has olvidado definitivamente?
Estamos tan enfrascados en nuestra charla que el tiempo pasa rápido, e incluso afuera ha comenzado a llover sin que ninguno lo hayamos notado realmente, ¿podría volver a funcionar?


Pero no tengo el valor suficiente para decirte todo lo que tengo dentro, esta angustia que me recorre cada noche que paso sin sentirte, sin tener tus manos a mi alrededor, sin saborear tus labios y saberme querida y protegida por ti.

Hablo de la nueva persona a mí lado, de aquella que se supone ocupa tú lugar ahora, y me siento cínica al decirte lo mucho que me cuida, pues realmente solo recuerdo lo que tú y yo vivíamos, relato con fervor todos esos momentos que eran detalles insignificantes para ti, pero que para mí fueron recuerdos imborrables.

¿Cómo puedo estar diciéndote que alguien más me besa y abraza si realmente no pude dejar que eso sucediera?

Temo preguntarte por ti, por cómo te van las cosas, ¿y si hay otra persona pero esta sí verdadera y real?, ¿y si todo lo que siento en mí queda destruido debido a esa pregunta?, prefiero vivir en la ignorancia, no saber esa parte en particular de tú vida, soy egoísta, lo sé, pero dicen que los ignorantes son las personas más felices, pues en este momento prefiero seguir en la ignorancia.  

Llega el momento de la despedida, nos paramos al ver la lluvia, y yo agarro con fuerza la mochila que me sirve de bolso, te acercas a mí, me deseas lo mejor y posas tus labios en mi mejilla, despidiéndote, alejándote una vez más.

Miro como te pierdes bajo la cortina de lluvia que no deja de caer, reflejando a la perfección lo que mis ojos están haciendo en ese momento.

Derramar más lágrimas por ti, y muerdo mi labio inferior al sentir que mi corazón no quiere dejarte ir, que se aferra a ti, antes de darme cuenta son mis piernas las que me guían, todo pensamiento racional ha desaparecido, ¡que puedo ser rechazada!, ¡que tal vez con este te aleje para siempre!, ¡que signifique quedar en ridículo!, ¡que me veas patética!, ¿qué importa todo eso si el premio puedes ser tú? 

Corro bajo la lluvia, sin importarme a quienes me esquivan en mi loca carrera por alcanzarte, sin importarme lo loca que pueda parecer, te veo detenido en un cruce, esperando a que el semáforo cambie de color, quizás deseando que lo haga rápido, mientras que mis deseos son los contrarios, que quede tal cual, que me brinde la oportunidad de poderte alcanzar.

No pasan más de dos segundos, cuando el rojo pasa a ser verde, te veo dar el primer paso para cruzar y no lo dudo un segundo, te agarro con fuerza del brazo, tiro de ti aferrándome una vez más al mismo, como otras tantas veces.

Me miras sin comprender, estás perdido, seguro preguntando que me sucede, pero ya no tengo nada que perder, ya nada importa más, te alcancé y solo me queda revelar.

Mis palabras fluyen de mis labios con rapidez, temiendo que al escuchar las primeras quieras huir de mí, te miro a los ojos fijamente y te digo lo que quizás debería callar, que no te pude olvidar, que te quiero y que no deseo pasar ni un solo instante más sin estar a tú lado.

La lluvia cae sobre nosotros y tú pareces perdido, completamente ido, preguntas por esa otra persona, pareces no comprender mi actitud alocada y desesperada, te confieso que mentí, que deseaba que me vieras bien, que creyeras que era fuerte y que ya no necesitaba de ti. 

El silencio parece hacerse eterno mientras tus ojos miran los míos sin mostrar emoción alguna, lentamente suelto tú brazo y doy unos pasos para alejarme de ti, ahora todo depende de ti, y sin embargo no pareces capaz de seguir, de dictaminar si es el final o un nuevo comienzo.

Mis ojos no pueden derramar más lágrimas y mi corazón parece suspendido en un latido, ¿estarás igual a mí?, ¿habrás dejado de sentir lo que nos rodea?, ¿te encontrarás pensando realmente en lo que te acabo de confesar?

Cuando el silencio se hace insoportable agarro con fuerza la mochila que cargaba ahora en mis brazos y la abrazo para protegerme, te digo que no es necesaria una respuesta, que mejor me iré, pero me detienes, antes de que consiga alejarme más de dos pasos de ti, me retienes y me abrazas con fuerza.

Siento que mi cuerpo tiembla como muchas otras veces lo hizo en el pasado, me pides disculpas, siento que tú también tiemblas, ¿qué significa ese “Lo siento” repetido?

Me separas lo justo para juntar tu nariz con la mía, me miras a los ojos, estos están vidriosos, lloras como yo, como el cielo que está sobre nosotros, siento tus manos en mis mejillas y como te maldices a ti mismo.

Tus labios rozan los míos pero no terminas de besarme, temo saber lo que dirás después, pues tu siguiente frase es decirme que hay alguien más esperándote.

Y yo sé, que pese a que no tenía nada que perder, lo hice después de todo, y que esta noche, no fue una más, tan solo fue el final.

1 comentario:

  1. Ahhhh, que triste que después de todo el haya rehecho su vida!!! Pobrecilla volver a vivir sin él!!!
    El relato me ha llegado al alma!!!
    Vengo de conociendo blogs y te sigo encantada!!!
    nos leemos, un saludo!!

    ResponderEliminar